jueves, 12 de abril de 2012

¡Basta Ya! Daniel Zamudio somos todos


La muerte del joven gay chileno, tras sufrir el apaleamiento de unos nazis, indigna y consterna al mundo

Todos esperaban el milagro. “Soy tan creyente en Dios y amo tanto a mi hermano, que prefiero tener fe y esperanza de que habrá un milagro y que se va a recuperar”, señalaba Diego, el hermano mayor de Daniel Zamudio hace poco más de un día. Sin embargo, nunca llegó a producirse.
La noche del 3 de marzo, Daniel Zamudio regresaba tras haber estado de fiesta con sus amigos. Al atravesar por un parque, se cruzó con una banda neonazi de la que fue víctima de una brutal paliza. Lo atacaron por el mero hecho de ser homosexual. Lo golpearon hasta hacerle perder el sentido y, con navajas, grabaron esvásticas nazis por todo su cuerpo.
El joven chileno de 24 años fue ingresado en el Hospital de Urgencia de la Asistencia Pública, donde pasó 25 días de agonía, debatiéndose entre la vida y la muerte. Finalmente, sucedió la tragedia. A las 19.45 (hora chilena) del martes, su corazón dejó de latir.
Tras conocerse la noticia, cientos de personas se acercaron hasta las puertas de la clínica para acompañar a su familia y a mostrar su repulsa. El vicepresidente de la República de Chile, Rodrigo Hinzpeter, también se acercó hasta el lugar, acompañado por el ministro de Salud, Jaime Mañalich, y del alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett. Fueron recibidos por silbidos y gritos de rechazo por algunas de las personas allí presentes. Estaban molestos por la tardanza en aprobar una ley de discriminación. Los ánimos se calmaron cuando el padre de Daniel, Iván Zamudio, pidió respeto para todas las personas que se acercaban a mostrar sus condolencias a la familia. Avanzada la madrugada, aún seguían desplazándose personas hasta el lugar para dejar sus velas y mensajes de condolencia en una vigilia

El presidente del país, Sebastián Piñera, que se encontraba de viaje en Corea del Sur, escribió en Twitter: “Su muerte no quedará impune y refuerza el compromiso total del gobierno contra toda discriminación arbitraria.” Por su parte, el vicepresidente Hinzpeter declaró que van a “trabajar incansablemente” en el Congreso para sacar adelante la “ley de discriminación en el menor tiempo posible.”
Sueños rotos
Daniel estaba a punto de finalizar sus estudios de enseñanza media y, después, quería estudiar interpretación. Por eso, compaginaba las clases con su trabajo en una tienda de moda. “Daniel siempre tenía fantasías, siempre miró al mundo como si él fuera un artista”, comenta su hermano mayor. Era muy familiar yhabitualmente hablaba de su deseo de ser padre algún día y formar una familia.
Era un chico muy feliz y soñaba con ser actor o modelo. Le encantaba la televisión y le fascinaba bailar. Hoy, junto con su corazón, se apagan todos esos sueños, dejando un gran vacío entre sus familiares y amigos.

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