miércoles, 11 de mayo de 2011

La gran homofobia la sufren los gays de los pueblos de Granada

Si en la capital viven unas 240.000 personas, 24.000 de ellas son gays o lesbianas, según las estadísticas, pero ellos juzgan a los candidatos por su valía, no por su condición sexual.



Antes lo hicieron Pedro Zerolo, miembro de la Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y concejal de Madrid; el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit; o Jerónimo Saavedra, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Por poner solo unos ejemplos. Hace unos meses lo repitió Paco Puentedura, actual candidato a la alcaldía de Granada por Izquierda Unida. Él, como los mencionados, dio a conocer públicamente su homosexualidad. Lo hacía saber en una capital declarada 'gayfriendly' por la Diputación provincial, es decir, lugar tolerante y receptor de los miembros del colectivo, que son un 10% de la población total según los estudios de Alfred C. Kinsey. Si en la capital residen unas 240.000 personas, unas 24.000 de ellas integran el colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. Algunos de ellos hablan en este reportaje para tomarle el pulso a esta realidad y, de camino, valorar el paso adelante de Paco Puentedura.
Nicolás Toranzo regenta una peluquería en la calle Moral de la Magdalena. Su pareja es profesor universitario y el estilista cree que está bien que el 'alcaldable' haya hecho visible su condición sexual. «Así se normaliza, aunque en realidad es una opción personal, algo de su esfera íntima y silenciable que no hay obligación de ir vociferando», apostilla tijeras en mano.
Rafael Jiménez, diseñador gráfico y coordinador del Colectivo de Lesbianas y Gays de Granada, tilda la declaración del político local de valiente y útil. «A los jóvenes que están en el armario les brinda apoyo y él, que es una persona muy normal, ayuda a romper estereotipos. No solo hay homosexuales en IU, ojo, los hay en todos los partidos, hasta en el toreo», abunda el miembro de Colega, una asociación «totalmente apolítica».
A su lado, Marco Bortoni, un joven italiano llegado de la ciudad del amor, Verona, escenario de 'Romeo y Julieta'. Profesor de italiano y periodista, hasta la ciudad de la Alhambra lo ha traído una beca de la UE de divulgación en materia de sexualidad. Él también es gay. 
«Burbuja de tolerancia»
«Me quedé tan asombrado cuando llegué a España y vi que en la televisión se emitían besos homosexuales como referentes positivos... Eso en Italia no ocurre. Cuando llego a un instituto de cualquier punto de la provincia de Granada y les hago saber a los chichos que entre los 250 alumnos hay 25 homosexuales que necesitan respeto y no ofensas se quedan sorprendidos», añade el veronés.
Pero ese respeto, que se presume en Granada, hace aguas en los pequeños municipios de la provincia. Así lo denuncia Rafael Jiménez: «La gente de la capital vivimos en una burbuja de tolerancia, pero la gran homofobia la sufren los gays de los pueblos... En los lugares pequeños, donde son muy minoría, aún hay pintadas, palizas, ridiculizaciones, etcétera. Granada recibe a todo el colectivo de Jaén y de Almería, capitales donde, por ejemplo, solo hay un bar de ambiente».
Recoge el guante, al otro lado de la barra, Juan Pedro García, maître del restaurante la Gayedra, uno de los muchos locales de ambiente de la capital, situado a pocos metros del Sixcolours, muy cerca de la Facultad de Derecho: «Granada siempre ha sido 'gayfriendly' porque había muchos estudiantes... incluso te diría que antes había más lugares de este tipo que ahora. Por cierto, que Paco Puentedura viene por aquí a cenar y es un tipo estupendo. En este país, políticamente hablando, ser homosexual podría usarse contra él como arma arrojadiza. Ha sido muy valiente y lo ha dejado claro».
«Evolución rápida»
El chef del local, Antonio Martínez de Juan, y el maître coinciden en que España, no obstante, ha evolucionado muy rápido en los años de democracia. «Por ejemplo, la ley de Matrimonios Homosexuales fue por delante de las demandas sociales», remata Juan Pedro García.
Precisamente por haber presentado un recurso a esa norma socialista, Pedro Mendoza, en paro y coordinador de Nos, la asociación andaluza de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, no se ha reunido con el Partido Popular en la precampaña, pero sí con el resto de políticos. Él denuncia un retroceso en esta época de crisis: «Volvemos con los casos de homofobia, con mucha ignorancia al respecto, con discriminación en los trabajos y en la propia universidad... se ha avanzado legalmente, pero no socialmente». Frente a él, en una terraza bajo los árboles del Jardín Botánico, Susana Eloy, trabajadora social de Nos, expresa su opinión personal con respecto a Puentedura: «Ha dado este paso de hacer pública su homosexualidad desde la honestidad y la valentía... de todas formas el voto retrógrado no lo iba a tener».
Ante la pregunta de si votarán a Paco Puentedura, la respuesta es, sorprendentemente, unánime: «A él, que ha sido muy discreto, no lo vamos a valorar por su condición sexual, sino por su capacidad para ser futuro alcalde de esta ciudad. Y eso hay que valorarlo al margen de este tema, con el programa y las propuestas que vaya haciendo en la campaña».

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